¿Cómo conseguir que el bebé se porte bien saliendo de casa?

¡Hola chicxs!

Hoy vengo a hablaros de mi experiencia saliendo de casa y viajando cada dos por tres con mi bebé desde las dos semanas y como conseguí que lo tolerase y lo disfrutase.

Para algunos niños el hecho de que les saquen de su entorno ya supone un cambio demasiado brusco en sus rutinas y se muestra irascibles, irritables y consecuentemente los padres se desesperan y deciden optar por reducir las salideras al mínimo para evitar esas situaciones de estrés. MAL. 
En mi caso desde las dos semanas de vida nos vimos en una situación de que al papá le ofrecieron una oferta de empleo en otra provincia que era una gran oportunidad y nos encaminamos hacia allí.
Desde el minuto uno por revisiones en el médico puesto que aún no teníamos pediatra en la nueva provincia tenía que estar yendo y viniendo mínimo dos veces al mes. El trayecto era de una hora y cuarenta minutos ida y sí, por supuesto que las primeras veces se hace un poco difícil y más si has tenido un mal postparto, puntos, heridas, etc. 
Recuerdo que los tres primeros viajes Eric se ponía a llorar hacia el final del trayecto porque se despertaba con hambre y hasta que encontraba un área de servicio el solo irle llorar provocaba que los  copetes del sujetador se empapasen y a mi me diesen ganas de llorar.. pero una vez el pequeño va creciendo y coges el habito de subirle al coche nada más le des de mamar todo empieza a ir rodado.
Eric cada vez que le subimos al coche se queda dormido y da gusto con él.

Otra cosa que suele generar conflicto es el  ir a comprar/cenar/comer con el pequeño. Llanto en público y miradas de "pobrecito que no le atienden, que está llorando" o "pobrecito que hambre tiene" o "pobrecito es demasiado pequeño para estar por ahí".... Recuerdo que con tres semanas tuvimos que ir a Ikea y el pequeño aguanto genial hasta el último momento que estaba en la peor hora del día que me acuerdo que eran las 19:00 para los cólicos. La gente me miraba como si fuese la peor madre del mundo porque aunque le tenía en brazos e intentaba calmarlo él no paraba de llorar... 
En ese momento y en mitad del Ikea me saqué la teta y le puse a comer. El niño acababa de mamar hacia media hora pero eso le calmó y me calmó a mí.

No hay nada que inspire más tranquilidad como dar de mamar a tu hijo y ver que se relaja después de un llanto desconsolado.

La segunda vez que salimos a hacer recados estábamos en un todo a cien y el pequeño se despertó con hambre voraz. Llantos desconsolados. No hay bancos por ninguna parte. Como cualquier mamá en esa situación coges al bebé y te vas al coche a que coma y claro... un bebé de menos de un més que se puede pegar al pecho cual lapa hasta una hora pues no te queda otra que tener mucha paciencia...

Y ya no recuerdo ningún momento más de llantos desconsolados en público, todo lo contrario. Se ha acostumbrado a que cada vez que sale es un momento de descubrimiento del mundo. Las luces y los colores le encantan y ya con casi seis meses puedo decir que se puede pasar desde las once de la mañana hasta las ocho de la tarde fuera de casa con la sonrisa en la cara.

Señoras y señores...saquenlos de casa, saquenlos del capazo y que descubran el mundo.

***Otro truco muy válido es el porteo.

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